domingo, 10 de enero de 2010

2010 ¡WOW!

Pleno año nuevo a todos!!! Que sea fructífero, que sea de crecimiento, que la evolución te toque y que tu ser salte de alegría en cada nuevo día!
Estoy convencida que va a ser un año especial. ¿Por qué? Porque lo siento en los huesos. Los huesos han comenzado a cantar de nuevo. El primer año que pasé en Madrid, cuando alguien me preguntaba si me gustaba vivir aquí, decía: "Me cantan los huesos", porque eso era lo que sentía cuando caminaba por las calles, cuando estaba sentada viendo por la ventana de mi estudio, cuando lavaba los platos en la cocina y miraba el árbol de enfrente: me cantan los huesos hoy, por eso sé que va a ser un año especial.
Afuera está nevando; y el cielo se ha tornado un extraño color rosa-quemado. Adentro estoy calientita y recién llegada de mi viaje más que maravilloso. Primero nieve (Lake Tahoe) con toda la familia (2 hijos, 1 nuera, 7 nietos y la enorme perra de mi hijo) y una navidad llena de buenos sentimientos y amor. Luego la playa, Acapulco, y un solito delicioso con mi hija en un hotel de lujo. Mar, playa, sol, calor y todos los fuegos artificiales que se puedan imaginar en el año nuevo pasado en casa de una amiga muy querida.
El viaje de regreso, un poco accidentado pero magnífico. 25 horas viajando, pero para el trecho largo me subieron a 1ª y descubrí como viven los ricos y famosos: pijamas, pantuflas, calcetas calientitas y una aeromoza que te hace la cama; una cena deliciosa, una película de mi elección y a dormir. ¡Dormí 7 horas! Y me despertó el olor a huevos y salchichas pues hacían el desayuno. Desayuné y apenas tuve tiempo de peinarme cuando me encontré en Londres. Venía tan descansada que esperar 6 horas para el avión que me traería a Madrid, no me fue penoso; finalmente salimos a la medianoche. Llegué a Madrid a las 3 am y descubrí que habían perdido 2 de mis 3 maletas. Me sorprendi de no sentir molestia ni tristeza; llené la denuncia, tomé un taxi y arribé a la puerta de mi edificio a las 4 a.m. sólo para darme cuenta de que las llaves de mi casa estaban en una de las maletas perdidas. Situación interesante. Extrañamente no me entró el pánico. Estuve 5 minutos en temperaturas de -4º decidiendo qué hacer y finalmente desperté al conserje quien me abrió la puerta. Hoy, domingo, me entregaron las dos maletas extraviadas, así que no hubo ningún problema. Y ¿si no me las hubieran entregado? ¿si se hubieran perdido para siempre? Pues, habría sabido lo que ya no necesitaba, eso es todo. Y habría cobrado el seguro.
Sí, el universo es un lugar amable que me apoya en todo momento, y esta seguridad me permite estar siempre tranquila. No es que nunca pierda la calma, no, no estoy tan avanzada, pero cuando la llego a perder, simplemente echo mano a las 4 preguntas (me tardo 5 minutos) y de nuevo estoy centrada.
Entonces, bienvenidos al nuevo año; espero que cada día les colme de bendiciones y agradecimiento y que comprueben en cada momento de sus vidas que viven en un Universo Amable.